La escultura se caracteriza generalmente por el uso del mármol y el bronce para
representar, sobre todo, la figura humana, preocupándose por la belleza, la
armonía y las proporciones. Encontramos en la Antigua Grecia tres grandes
periodos en la escultura griega:
1. Período arcaico ( siglos VII-VI a.C.):
Predominan las figuras de jóvenes desnudos
y de muchachas vestidas con túnicas y mantos con pliegues. Son figuras
caracterizadas por estatismo y rigidez, la única muestra de expresividad es la
sonrisa arcaica.
2.
Período clásico (siglo V a.C.).
Hay expresión del movimiento y lo
reproducen en figuras que se apoyan en la pierna izquierda y elevan los brazos.
La figura humana se idealiza y las figuras se humanizan, y se sigue el canon de
Policleto (la altura del cuerpo equivale a siete veces la medida de la cabeza).
Son esculturas más expresivas (curva praxiteliana).
3.
Período helenístico (siglos IV-III a.C.)
Continúa el interés por el movimiento
pero también por el realismo y el dramatismo de las escenas. Son muy
interesantes los relieves, abundan los retratos de personajes históricos y
mitológicos, y los desnudos femeninos.